Viaje al Averno

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Todo el mundo cree que el Metro es uno de los medios de transporte más seguros pero en esta ocasión no lo fue.

La gente iba un poco intranquila, ya que el Metro rodaba un pelín más rápido de lo normal, pero la situación llegó al límite cuando la velocidad se aceleró y se saltó la última estación. Pasó de los normales 90 km/h a los 215 km/h. Las personas empezaron a gritar y a empujarse por coger una mejor posición junto a las salidas, pero de poco les sirvió. A los pocos segundos el Metro se estampó contra el muro de retención que suponía el fin de la linea.Unos vagones se montaron sobre otros. La gente moría aplastada. Todo era un tremendo caos.

La peor parte se la llevó el vagón en el que viajaba el Dr. Gore. Era el primero de todos, el que lleva la máquina. Este se descolgó de los demás y no solo chocó con el muro sino que lo atravesó. A continuación el Dr. Gore presenciaría las escenas mas macabras y dantescas que jamas hubiera podido imaginar. Ahora procedo a relatarlas tal y como sucedieron.

El doctor no daba cabida a sus ojos. Era materialmente imposible. Una mujer que viajaba con su hija de unos 3 años había protagonizado una escena horrible. Del tremendo choque la cabeza de su hija se había introducido de sopetón en su boca, como si se la estuviera comiendo. Esto supuso varias cosas: Debido a la presión ejercida por la cabeza de la hija en el interior de la de madre, los ojos de esta última reventaron esparciendo por los pocos cristales que quedaban mezclas de humores oculares, parte de retina y gran cantidad de sangre; Al ser la cabeza de la hija mayor que la boca de su madre, los maxilares de la progenitora quedaron hechos pedazos al igual que la cabeza de la muchacha que al pasar a través de los dientes de la mamá se desgarró toda la cabeza dejando al descubierto su cráneo y en algunas zonas parte de sus sesos que colgaban hacia abajo como trapajo sucio mojado.

Otra escena la protagonizó un hombre que iba agarrado a la barra de sujeción. Al producirse el golpe la barra se le rompió y le penetró por el cuello. Una vez dentro del cuerpo, el cacho de acero, a causa del movimiento le destrozó los pulmones y vísceras y luego tras un violento empellón volvió a salir hacia afuera a la altura de la rabadilla para incrustarse posteriormente en el suelo. La pleura pulmonar junto con la sangre caían a través de la barra formando un charco negruzco y espeso en le suelo. El cuello del hombre estaba abierto en canal. Se podían distinguir perfectamente en el la yugular seccionada, la traquea, el esófago y cantidad de músculos y tendones que se vertían al exterior. El hombre no podía aguantar el dolor. Gritaba como un descosido pero en ese momento rocas procedentes del túnel se desprendieron y cayeron sobre el machacándole la cabeza. Sus piernas fueron cortadas por una gigantesca plancha de cristal y al igual que la cabeza también fueron aplastadas y destrozadas por las rocas. Quedó reducido a una masa viscosa de carne, sangre, líquidos corporales y huesos astillosos.

El Dr. Gore no lo pudo aguantar e intentó vomitar. El torso de una persona sin brazos, piernas ni cabeza se lo impidió por lo que se lo tubo que volver a tragar con lo que casi se atraganta. A duras penas logró salir del vagón. Ahora estaba bajo tierra y unos seres muy extraños le observaban. Eran los intraterrestres, unos hombrecillos que disfrutan con el dolor ajeno. Rápidamente apresaron al doctor y se lo llevaron tierra adentro.

Ya muy adentro lo clavaron por brazos y piernas en una pared y procedieron a apalearle todo el cuerpo con bates de béisbol con pinchos en la punta.Uno de los golpes le rajó el escroto que recubría sus genitales lo que originó que sus testículos quedaran colgando al aire libre. Uno de los intraterrestres se percató y se los arrancó de cuajo para posteriormente degustarlos.

Al terminar con la paliza, vino el ser supremo que era mas grande y mas feo. Este introdujo su gigantesca mano por el ano del Dr. Gore y le sacó el intestino. Era un hombre realmente bruto. Echó un vistazo al amasijo de tubos corporales y luego se los metió en la boca al doctor restregándoselos arriba y abajo. Esta vez el vómito si de le atragantó y en el intento de expulsar el susodicho vómito de los pulmones lo único que logró fue que parte de los intestinos que tenía en su boca se introdujeran también en sus pulmones.

A continuación el mismo jefe sacó una gigantesca sierra mecánica, la puso en marcha y se la colocó en la espalda al doctor. La sangre y trozos de costilla salían despedidos por todas partes. El Sr. Gore no podía aguantar el dolor, pero los intestinos que tenía en la boca le impedían gritar. El jefe de los seres estaba dibujando con la sierra una especie de serpiente en la espalda del doctor pero no era otra cosa que un intento de quitarle la columna vertebral. Así se hizo.

El cabeza de grupo procedió a su extracción. Al sacarla, sendos pulmones e hígado cayeron al suelo lo que organizó una revuelta entre los intraterrestres por ver quien se quedaba el mejor trozo. Una vez extraída la columna, separaron la medula espinal de la espina dorsal y se las dieron al jefe que se comió una y la otra la usó como bastón.

El Dr. Gore ya no podía más. Su cuerpo ahora no tenía sujeción. Se había quedado reducido a una masa de huesos carnosos y músculos sin movilidad.

Para terminar los intraterrestres le reventaron literalmente sus piernas y cara, despellejando esta última, luego le dieron un fuerte mandoble en el tórax con lo que partieron sus ultimas costillas y se fueron.

El doctor haciendo fuerza con las manos y pies logró desengancharse de los clavos que lo tenían sujeto. No fue tarea fácil ya que los clavos no se desclavaron sino que fueron sus manos y pies las que se desgarraron perdiendo gran parte de su carne y huesos en el intento.

Casi sin movilidad alguna, consiguió salir al exterior y juró venganza.

Pasó el tiempo y visito a numerosos cirujanos que le fueron poniendo prótesis. Finalmente fue reconstruido. Todo quedó como antes menos su cerebro. Ahora ya no era el Dr. Gore ahora se haría llamar Cara de Piel, el hombre de la mascara de cuero humano (construida a partir de la piel obtenida de despellejar a una niña de 3 años) y de la sierra eléctrica que pronto traería el infierno a la tierra.

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