El Asesinato del Hombre Sin Rostro

|
Recuerdo las veces que salía de las reuniones de amigos veía a este anciano que me asqueaba por la repugnancia de su rostro cuajado y cuarteado a causa de un incendio, se veía tan indefenso, tan débil y en mi mente pensaba.... como sentiría el saber que tengo el control de su vida?? El sadismo había sido la fuente del sexo y me excitaba ver el sufrimiento cuando estaba en cama desnuda... semidesnuda, daba igual pues en el dolor estaba mi éxtasis.
Me imaginaba como se sentiría el oír sus gritos .. sus alaridos pidiendo piedad, pidiendo que el dolor se detuviese; así que una noche lo decidí, este hombre vivía en la desdicha de ser un mendigo y con el horrible rostro apenas obtenía monedas, y lo mejor sería acabar con su infelicidad.
Una noche luego de salir de otra reunión... me paré en el lugar por el que él siempre pasaba para poder llevar a cabo el plan que había ideado; cuando a lo lejos noté la sombra deprimida del hombre que se meneaba de lado a lado, luchando en cada paso que daba.
Caminando me acerqué a él y con una sonrisa falsa de solidaridad le dije que si le gustaría pasar por mi apartamento para poder entregarle un poco de comida y dinero, la mejor táctica de una mujer... la dulzura.
A pasos lentos caminamos mientras mis manos inquietas por poner mis dedos en su cuello y sentir como se escapaba el aire de sus pulmones, ver sus ojos dilatados e hinchados y finalmente llegar al orgasmo yo. Callada caminaba haciendo pasar imágenes por mi mente que de tan solo pensarlas tenía que morderme los labios de la ricura. Finalmente llegamos a un largo pasillo donde al final de él se encontraba mi puerta, la puerta del infierno para él. Al abrir yo la puerta, el esperaba ansioso por unos billetes y un platillo de comida creyendo aun en la solidaridad de mi rostro lleno de falsedad.
Cuando volví a la puerta le di un billete de 10$ mas uno de 5$, le dije que se fuera a comprar algo de comer y en cuanto se dio la vuelta el papel para envolver comida que apretaba en mi otra mano cubrió su rostro haciendo que su nariz y toda su cara deforme se tornase aun mas asquerosa, su lengua golpeaba el papel tenso en su cara tratando de hacer un orificio en el para aspirar una bocanada de aire. Lo estiré para atrás hasta llegar a la fórmica de la cocina y tomé el cuchillo de cocina que se encontraba en la repisa e hice un agujero en el papel justo sobre su boca haciendo cortaduras dentro de ella y haciendo que exhalase además de aire fatigado también chorros de sangre dejando parte de la hoja del cuchillo manchado de sangre.
Lo empujé al piso y este cayó como pedazo de plomo rendido a mis pies, tomé los demás cuchillos y me senté sobre él, con cinco cuchillos en las manos y uno grande y filoso en la otra y primero le clave uno en la pierna haciendo que esta estalle en sangre y mi ropa se salpicase de ella, mientras el hombre desfigurado echaba un alarido de dolor empezando así mi excitación , tomé otro y se lo clavé en la otra pierna haciendo de nuevo que la sangre brotase a borbotones de ella y manchando el blanco piso de rojo... tiñendo todo en el color hermoso del sufrimiento, él hombre indefenso yacía sin hacer nada tendido como perro callejero mientras sus gritos apagados y lloriqueos me hacían sentir mas excitada aun, tomé su mano derecha y la clavé con otro cuchillo en el sillón al lado atravesándola y huesillos de sus dedos y haciendo una mueca en la cara del hombre enunciando terror y pánico.
Tomé el cuarto cuchillo y lo clavé en su hombro haciendo que este escupiese un chorro de sangre que llegó a mi rostro y así llegando a mi boca pudiendo degustar el sabor de la sangre del horrible hombre, finalmente el quinto se lo puse en la garganta y de a poco fui cortando una por una las capas de piel hasta que su cuello empezó a sangrar y la voz del hombre se torno en un sonido de gárgaras mientras iba presionando mas el cuchillo y haciendo que su cuello se tornase rojo bañado de sangre, pero el maldito desgraciado seguía escupiendo sangre y con la voz apagada, tiré este cuchillo lejos de allí y empecé a ahorcarlo y sintiendo la tajadura de su cuello metí un dedo dentro de la herida y desgarrando la carne finalmente metí toda la mano... seguía excavando en el cuello del hombre hasta que llegué a su columna y metiendo mas la mano la tomé y la estiré hasta descoyúntasela, el hombre seguía haciendo gárgaras entonces tomé el cuchillo de su hombro y le abrí la camisa con el... empecé extirpándole los pezones y luego lamiendo las heridas que ardientes las sentía en mi lengua. Mientras paseaba el cuchillo haciendo tajaduras en su abdomen sentía que me acercaba al orgasmo entonces empecé a clavárselo en el abdomen de forma continua una y otra vez sintiendo el orgasmo mas cerca con cada cuchillazo... mientras mas lo sentía mas rápido lo hacia hasta que empecé a gritar del placer sintiendo como mis pezones se erectaban debajo de mi blusa y desprendiéndola luego y esparciendo la sangre y lamiéndolos mientras que los cuchillazos se hacían cada vez mas precisos y repetitivos y rápidos tratando así de llegar al orgasmo, incrustando el cuchillo una y otra vez seguidamente mientras yo gemía de placer y la furia por llegar al orgasmo me invadía haciendo que mis manos cayesen con mas fuerza sobre las tajadura ya hechas y agrandándolas insertando el cuchillo mas una vez en la misma abertura, empecé a moverme sobre el llegando al orgasmo y finalmente al obtenerlo... me detuve y abrace el torso ensangrentado del hombre sin vida cubriéndome de sangre y lamiéndola y besándolo al mismo tiempo.
Al levantarme y sentarme sobre él de nuevo admirando asi la obra maestra noté una sustancia vistosa y blanca en mi pecho y noté que eso provenia de su ombligo entonces me levante y dándole un beso de nuevo fui hasta la ducha a sacarme la mugre de encima.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails